Intolerancia a la histamina
La histamina y sus receptores (H1R-H4R) desempeñan un papel crucial y significativo en el desarrollo de diversas enfermedades alérgicas. Los mastocitos son células tisulares multifuncionales derivadas de la médula ósea que son las principales productoras de histamina en el organismo. Los H1R se expresan en muchas células, incluidos los mastocitos, y participan en las reacciones de hipersensibilidad de tipo 1. Los H2R participan en la producción de citoquinas de los linfocitos Th1. Los H3R participan principalmente en la función de la barrera hematoencefálica. Los H4R se expresan en gran medida en los mastocitos, donde su estimulación exacerba la generación de histamina y citoquinas. Tanto los H1R como los H4R desempeñan un papel importante en la progresión y la modulación de las enfermedades alérgicas mediadas por la histamina. Los antihistamínicos dirigidos únicamente al H1R no son del todo eficaces en el tratamiento del prurito agudo, la dermatitis atópica, el asma alérgica y otras enfermedades alérgicas. Sin embargo, los antagonistas dirigidos a los H4R han mostrado efectos prometedores en estudios preclínicos y clínicos para el tratamiento de varias enfermedades alérgicas. En la presente revisión, examinamos la evidencia acumulada que sugiere nuevos enfoques terapéuticos que exploran tanto el H1R como el H4R como objetivos terapéuticos para las enfermedades alérgicas mediadas por la histamina.
¿Qué es la histamina y sus usos?
¿Qué es la histamina? La histamina es una sustancia química importante que interviene en diversos procesos corporales. Estimula la secreción de ácido gástrico, desempeña un papel en la inflamación, dilata los vasos sanguíneos, afecta a las contracciones musculares en los intestinos y los pulmones y afecta al ritmo cardíaco.
¿Qué provoca la histamina?
Las histaminas inician el proceso que elimina esos alérgenos de su cuerpo o de su piel. Pueden hacerte estornudar, lagrimear o picar, lo que sea necesario para conseguirlo. Forman parte del sistema de defensa de tu cuerpo.
Qué es la histamina
La histamina es un compuesto orgánico nitrogenado que interviene en las respuestas inmunitarias locales, además de regular las funciones fisiológicas en el intestino y actuar como neurotransmisor para el cerebro, la médula espinal y el útero.[3][4] Desde que se descubrió la histamina en 1910, se ha considerado una hormona local (autocoide) por carecer de las clásicas glándulas endocrinas que la segregan; sin embargo, en los últimos años se ha reconocido que la histamina es un neurotransmisor central. [5] La histamina está implicada en la respuesta inflamatoria y tiene un papel central como mediador del picor[6] Como parte de la respuesta inmunitaria a los patógenos extraños, la histamina es producida por los basófilos y por los mastocitos que se encuentran en los tejidos conectivos cercanos. La histamina aumenta la permeabilidad de los capilares a los glóbulos blancos y a algunas proteínas, para permitirles enfrentarse a los patógenos en los tejidos infectados[7] Está formada por un anillo de imidazol unido a una cadena de etilamina; en condiciones fisiológicas, el grupo amino de la cadena lateral está protonado.
Síntomas de la histamina
¿Qué es la histamina? La molécula que contiene el grupo amino implicado en la reacción del sistema inmunitario se conoce como histamina. La fórmula química de la histamina es C5H9N3. También regula las funciones en el intestino. La histamina puede actuar como un neurotransmisor que transmite información entre las neuronas. El aminoácido histidina es el responsable de la formación de la histamina mediante una reacción de descarboxilación. La enzima que lleva a cabo esta reacción se conoce como L-histidina descarboxilasa. La molécula de histamina es soluble en agua y alcohol, mientras que no es soluble en éter. Tras la liberación de la histamina, es necesario almacenarla o, en determinados momentos, inactivarla. De ello se encargan enzimas como la histamina-N-metiltransferasa y la diamina oxidasa.
Función de la histaminaLa histamina puede ayudar a la dilatación de los vasos sanguíneos estimulando la producción y liberación de relajantes de los músculos lisos de los vasos sanguíneos. También puede unirse a las células endoteliales de los vasos sanguíneos, iniciando su contracción. Esta contracción da lugar a una fuga vascular. La molécula de histamina puede actuar como neurotransmisor para las neuronas. Las neuronas histaminérgicas presentes en el núcleo tuberomamario en la región posterior del hipotálamo regulan el ciclo sueño-vigilia. La histamina también es responsable de la liberación de ácido gástrico por parte de la célula parietal. Las células parietales son estimuladas por la histamina liberada por las células de las glándulas gástricas del estómago. La absorción de dióxido de carbono y agua tiene lugar por las células parietales, que producen ácido carbónico. La histamina tiene un efecto protector contra el aumento de la sensibilidad de las neuronas para el neurotransmisor, la sensibilización a las drogas y el estrés, suprimiendo la actividad de las neuronas.
Alimentos antihistamínicos
La histamina -una sustancia química que se encuentra en algunas células del cuerpo- provoca muchos de los síntomas de las alergias, como el goteo nasal o los estornudos. Cuando una persona es alérgica a una sustancia concreta, como un alimento o el polvo, el sistema inmunitario cree erróneamente que esa sustancia, normalmente inofensiva, es en realidad perjudicial para el organismo. En un intento de proteger el cuerpo, el sistema inmunitario inicia una reacción en cadena que hace que algunas de las células del cuerpo liberen histamina y otras sustancias químicas en el torrente sanguíneo. La histamina actúa entonces sobre los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel o el tracto gastrointestinal de la persona, provocando síntomas de alergia. Probablemente haya oído hablar de los medicamentos antihistamínicos, que ayudan a combatir los síntomas causados por la liberación de histamina durante una reacción alérgica.