Metformina inflamación
La metformina, comercializada con el nombre comercial de Glucophage, entre otros, es el principal medicamento de primera línea para el tratamiento de la diabetes de tipo 2[6][7][8][9], especialmente en personas con sobrepeso[7]. También se utiliza en el tratamiento del síndrome de ovario poliquístico[8]. No se asocia a un aumento de peso[10] y se toma por vía oral[8]. A veces se utiliza como complemento no indicado en la etiqueta para disminuir el riesgo de síndrome metabólico en personas que toman antipsicóticos[11].
Por lo general, la metformina se tolera bien[12]. Entre los efectos adversos más frecuentes se incluyen diarrea, náuseas y dolor abdominal[8]. Presenta un pequeño riesgo de provocar un nivel bajo de azúcar en sangre[8]. Un nivel elevado de ácido láctico en sangre es motivo de preocupación si el medicamento se utiliza en dosis demasiado grandes o se prescribe a personas con problemas renales graves[13][14]. No se recomienda en personas con una enfermedad hepática importante.
La metformina es un agente antihiperglucémico biguanídico[8] que actúa disminuyendo la producción de glucosa en el hígado, aumentando la sensibilidad a la insulina de los tejidos corporales[8] e incrementando la secreción de GDF15, lo que reduce el apetito y la ingesta calórica[15][16][17][18].
Mejor momento para tomar metformina
La metformina es un fármaco biguanídico muy utilizado por su seguridad y bajo coste. Se utiliza desde hace más de 60 años para tratar la diabetes de tipo 2 en las fases iniciales por su extraordinaria capacidad para disminuir los niveles plasmáticos de glucosa. Con el tiempo, se descubrieron diferentes usos de la metformina y se comprobaron sus beneficios para diversas enfermedades e incluso para el envejecimiento. Estas enfermedades incluyen cánceres (por ejemplo, cáncer de mama, cáncer de endometrio, cáncer de huesos, cáncer colorrectal y melanoma), obesidad, enfermedades hepáticas, enfermedades cardiovasculares y enfermedades renales. La metformina ejerce diferentes efectos a través de distintas vías de señalización. Sin embargo, aún no se han dilucidado los mecanismos subyacentes de estos diferentes beneficios. El objetivo de esta revisión es proporcionar un breve resumen de los beneficios de la metformina y discutir los posibles mecanismos subyacentes.
Numerosos estudios y ensayos clínicos han demostrado que la metformina en monoterapia o en combinación con otros fármacos hipoglucemiantes es eficaz en el tratamiento de la DMT2. Un informe de 1995 puso de manifiesto que la metformina es capaz de reducir los niveles plasmáticos de glucosa, y en las décadas siguientes se han descubierto nuevas funciones de la metformina en la diabetes. En el estudio de 1995, realizado por Defronzo et al., 289 pacientes diabéticos fueron tratados con metformina o placebo. Al cabo de 29 semanas, el grupo tratado con metformina mostró unos niveles medios más bajos de glucosa plasmática en ayunas y de HbA1c (22). En un estudio realizado en 1997 por Garber, se administraron diferentes dosis de metformina a 451 diabéticos (de 500 mg a 2.000 mg diarios). Tras 14 semanas, se comprobó que la eficacia de la metformina depende de la dosis (23). En 2006, se publicó un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego de 5 años de duración en el que se comparó la metformina con la glibenclamida y la rosiglitazona, otros fármacos antidiabéticos. Los resultados mostraron que los niveles de glucosa plasmática en ayunas disminuían menos con la rosiglitazona y más con la glibenclamida, y que la metformina mostraba efectos intermedios (24).
Metformina pérdida de peso
La metformina es un medicamento que se utiliza junto con la dieta para reducir los niveles elevados de azúcar en sangre en pacientes con diabetes de tipo 2. La metformina actúa reduciendo la cantidad de glucosa que se absorbe en los intestinos, disminuyendo la cantidad de glucosa que se produce en el hígado y mejorando la sensibilidad a la insulina.
Aunque es extremadamente raro, puede desarrollar acidosis láctica, una peligrosa acumulación de ácido láctico en la sangre. Llame a su médico o solicite ayuda médica urgente si tiene un dolor muscular inusual, dificultad para respirar, dolor de estómago, mareos, sensación de frío o sensación de mucha debilidad o cansancio.
Si tiene que someterse a una intervención quirúrgica o a cualquier tipo de radiografía o tomografía computarizada en la que se utilice un colorante que se inyecta en las venas, es posible que tenga que dejar de tomar metformina temporalmente. Asegúrese de que sus cuidadores sepan con antelación que está tomando este medicamento.
Puede desarrollar acidosis láctica, una peligrosa acumulación de ácido láctico en la sangre. Esto puede ser más probable si padece otras enfermedades, una infección grave, alcoholismo crónico o si tiene 65 años o más. Pregunte a su médico acerca de su riesgo.
Metformina moa
A veces se debe a los enormes beneficios para la salud que aporta el medicamento para una afección concreta, como la insulina para la diabetes de tipo 1 o los antibióticos para la neumonía. O puede deberse a que el fármaco es bueno para muchas afecciones diferentes: a menudo se ha dicho que la aspirina es un medicamento milagroso porque puede aliviar el dolor, tratar o prevenir enfermedades cardiovasculares e incluso prevenir el cáncer.
¿Podría unirse la metformina a esta lista? Está aprobada en EE.UU. para tratar la diabetes de tipo 2 cuando se utiliza con dieta y ejercicio por personas de 10 años o más. Pero en los últimos años ha aumentado el interés por su potencial para prevenir o tratar otras afecciones, incluido el envejecimiento. Sí, el envejecimiento. Si eso es cierto, “medicamento milagroso” podría quedarse corto.
La historia de la metformina se remonta a cientos de años atrás. En Europa, la hierba medicinal Galega officinalis era popular para la salud digestiva y para tratar problemas urinarios y otras dolencias. En 1918, un científico descubrió que uno de sus ingredientes, la guanidina, podía reducir el azúcar en sangre. Se desarrollaron medicamentos que contenían guanidina, como la metformina y la fenformina, para tratar la diabetes. Pero cayeron en desuso debido a los graves efectos secundarios de la fenformina y al descubrimiento de la insulina.